Los Navy Seals son los Equipos Tierra, Mar y Aire de la Armada de los Estados Unidos. Se trata de la punta de lanza de las fuerzas de operaciones especiales de ese país. Estas tropas élites están preparadas para ejecutar las misiones especiales más riesgosas en defensa de su país en cualquier lugar del planeta. Pero para lograr ser parte de este reducido grupo de excelencia, es necesario pasar por un durísimo período de entrenamiento conocido como ‘Hell Week’, o ‘Semana del Infierno’.
¿Qué es la «Semana del Infierno» ?
Se trata de un adiestramiento que puede llegar a ser tan extremo y demandante, donde los candidatos a ser Navy Seal deben superar un período de 5 días de supervivencia en tierra, agua y tácticas de combate, poniendo en prueba su fortaleza física y mental y su capacidad de soportar el dolor.
Se consideran las pruebas de resistencia más duras que haya en los manuales militares de Estados Unidos, donde 1 de cada 4 aspirantes logra superarla.
NOTA: La Semana del Infierno ha causado preocupación al vinculársele con al menos dos muertes.
Eliminar a los débiles
El adiestramiento de la «semana del infierno» es lo que se conoce como BUD/S o Entrenamiento Básico de Demolición Submarina SEAL, definido por la Marina de EE.UU. como «el programa más duro y exigente que existe«, donde su objetivo es eliminar a los débiles y no comprometidos.
Según información de la Marina «Comienza con una explosiones, municiones simuladas, disparos y bengalas para crear un caos y comenzar la semana con cierta intensidad».
Cada día de la semana del infierno, los candidatos tienen 20 horas de pruebas físicas y solo cuatro de sueño en toda la prueba. Estas pruebas se realizan en las playas de California, donde el frío en invierno puede ser demoledor. El objetivo cada minuto es no rendirse y superar cada uno de los retos hostiles que le plantean sus instructores.
Los aspirantes tienen que completar ejercicios regulares como:
- Correr unos 320 km,
- Nadar y remar kilométricas distancias
- Realizar cientos de flexiones y abdominales.
También hay pruebas de altos grados de dificultad donde se evalúa el trabajo en equipo, como la prueba “Boat Pt” donde entre todos los aspirantes deben cargar una pesada lancha con la cabeza.
“Harás esto por millas y rezarás por estar pronto en el agua para poder remar en lugar de correr. No hay un buen lugar para meterse debajo del bote. En el centro del bote se recibe una presión constante sobre tu cabeza, y la parte delantera y trasera rebotan sobre tu cabeza mientras corres junto con la tripulación de seis o siete hombres debajo de una lancha de 200 a 300 libras (90 a 130 kilógramos)”, según blog Military.com
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Permanecer varias horas quieto en la orilla de la playa, con el permanente golpe en el cuerpo de las fuertes olas de California, es otra de las pruebas que exige un alto nivel de exigencia, sobre todo mental.
Los reclutas señalan que lo más terrible de la Semana del infierno, más allá de la dificultad de las pruebas físicas, es luchar contra la falta de sueño. Lo mejor que pueden hacer es mantenerse activos para quedar dormido y aprovechar cualquier momento mínimo de descansos para dar una cabeceada breve.
No se trata solamente de una prueba física
La Marina señala la clave es la preparación en todo sentido, incluido el mental. En todo el proceso de la semana del infierno, los instructores siembran dudas entre los aspirantes a SEAL. Los incitan a darse por vencidos, pues esperan que solo los más resistentes alcancen las siguientes fases de selección.
En la semana del infierno se reconoce a aquellos candidatos que tienen el compromiso y la dedicación que se requiere de un SEAL. Es la prueba definitiva de la resistencia física, la fortaleza mental, la tolerancia al dolor y al frío, el trabajo en equipo, la actitud y la capacidad para realizar el trabajo bajo un alto estrés físico y mental y la falta de sueño.
Completar la «semana del infierno» no finaliza el proceso de selección. Pues los aspirantes aún deben completar la fase dos (Buceo de Combate) y fase tres (Entrenamiento de Guerra Terrestre), así como la prueba de calificación, para convertirse en un miembro de élite de la Marina de Estados Unidos